
Sin duda, la compañía es fundamental en cualquier momento de la vida pero todavía más en la tercera edad cuando las debilidades físicas y emocionales pueden compensarse con el cariño de los seres queridos y amigos.
El aislamiento y la pérdida de relaciones sociales hacen que muchas personas pierdan la noción del tiempo, se desorienten y pierdan la práctica de las habilidades sociales. Por tanto, conviene entender que el cerebro también se activa a través de una conversación en el contacto con el otro, al ver la cara de otra persona, y lo que transmite.
Además, existen conversaciones que generan un gran placer, así sucede, por ejemplo, cuando puedes hablar de algo que te apasiona, cuando has descubierto una inquietud importante en tu vida y encuentras a alguien con quien poder compartirla. Por ello, también es tan gratificante poder conocer personas en cursos. Por ejemplo, si te gusta la escritura no dudes en apuntarte a un curso sobre escritura creativa.
La conversación y el contacto también son fundamentales para los bebés. Incluso cuando un niño todavía no habla es aconsejable que sus padres le hablen con naturalidad, que le incluyan, que le hagan partícipe de la rutina a través del diálogo.
Las palabras activan el cerebro porque nos hacen pensar, no nos dejan indiferentes, nos ayudan a salir de nosotros mismos. Tristemente, la soledad que se respira hoy día en algunos hogares es tan agónica que incluso, existen personas que tienen en casa un teléfono que no suena nunca.
Es importante mirar al entorno para poder observar las necesidades reales que hay a nuestro alrededor. Por ejemplo, no solo es posible ser voluntario de una organización sino que si conoces a alguien que vive solo y que es mayor, puedes tener en cuenta este dato para, a partir de ahora, visitarle con más frecuencia para saber qué está bien, para darle una alegría, darle cariño y disfrutar de su compañía. Recuerda que cuando das, también recibes.


Los antioxidantes, como las frutas y las verduras, te aportan los nutrientes necesarios que estimulan el crecimiento del cabello. Consume especialmente aquellas que te aportan vitamina C, como la naranja, el limón, el kiwi, el brócoli y la espinaca, pues estos alimentos participan en la síntesis de colágeno, que es el tejido conectivo que estructura al cabello.
Este nutriente te lo aportarán los cereales integrales (arroz, trigo, avena, centeno) y es fundamental en la resistencia de la insulina, una hormona que se relaciona con la calvicie masculina. Además, los cereales integrales son fuente de vitamina B6 y ácido fólico, que te vendrán muy bien para oxigenar la sangre de los folículos pilosos.
¿Eres fanático de la carne? Entonces, buenas noticias porque este alimento es una enorme fuente de zinc, hierro, proteínas, vitamina B6, vitamina B12, todos nutrientes asociados a la prevención de la pérdida del cabello.
El pelo está hecho de la proteína queratina. De este modo, consumir alimentos ricos en ese nutriente te será útil para prevenir la caída del cabello. Consume productos lácteos y también alimentos con vitamina A, pues se cree que a veces la calvicie es acelerada por falta de esa vitamina.
Además de la vitamina A, muchas otras ayudan mejoran la salud del cabello. Entre ellas, la biotina, la vitamina B12, vitamina C, vitamina D y vitamina E. Te recomiendo que leas nuestro artículo que detalla dónde puedes encontrar todas estas vitaminas para el crecimiento del cabello haciendo click aquí.
La bebida más saludable de todas también te ayudará en este problema, pues mantiene tu cabello hidratado y fuerte. Evita las gaseosas, el alcohol o las bebidas con cafeína, e intenta aumentar tu consumo de agua a al menos ocho vasos diarios.
































La meditación, el yoga y la visualización son algunas técnicas de relax al alcance de todos y que realmente te permitirán descansar la mente de sus preocupaciones y te ayudará a lidiar mejor con los desafíos cotidianos. Visualizar escenas placenteras es un mecanismo que tiene efectos reductores del estrés. También puedes utilizar cedés de música o sonidos relajantes –el sonido del mar, de la lluvia o de un arroyo– que te ayudarán a descomprimir tu mente.
Tanto en casa como en el trabajo: servirte una bebida refrescante y tomarte un recreo de 5 minutos para mirar imágenes y videos de momentos felices: tus últimas vacaciones en familia, un cumpleaños con amigos, etc. Te relajará automáticamente y te encontrarás sonriendo al recordar buenos momentos. Esta sencilla pausa tan al alcance cotidiano tiene el impacto de relajarnos mentalmente por un ratito.
La lectura placentera, sea una novela, un libro de cuentos o de tus hobbies favoritos, es una actividad que nos relaja y descansa, y nos permite por un rato irnos de nuestra mente a otro lado, sin movernos de donde estamos. Leer en la cama es particularmente relajante: inténtalo cada noche antes de descansar.
Dar una caminata es una técnica para descomprimir la mente que nunca falla. Estés donde estés y sea cual sea la circunstancia estresante –incluso en medio de un día laboral– escaparte unos minutos a dar una caminata corta te proveerá de aire y distracción. Si incluso pudieras acercarte a algún lugar tranquilo como el banco de un parque soleado, esos minutos de descanso le harán un gran favor a tu mente.
Aunque estés en el trabajo en medio de un día lleno de demandas, puedes tomarte unos minutos para mirar por la ventana y focalizar conscientemente en otras cosas: las nubes, las aves, el color del cielo, la gente que pasa. La idea es permitir que tu mente se retire momentáneamente de las preocupaciones inmediatas y poder apreciar con una actitud más relajada y de descanso las cosas a tu alrededor: tu mente se relajará instantáneamente.Permítete alguna de estas actividades de descanso mental al menos 5 a 10 o 20 minutos todos los días y deja que tu cuerpo y mente se relajen y distiendan. El pequeño lujo cotidiano de la relajación mediante unas pequeñas vacaciones mentales son importantes para tu salud y tu bienestar.