La historia de sus símbolos y leyendas
¿Sabia usted que el brindis navideño es en realidad una tradición antiquísima que usaban nuestros ancestros para destinar el primer bocado de la comida a los dioses?
¿Sabia que los colores rojo y dorado, clásicos en estas fechas, nacieron como un recuerdo del Sol, pues la Navidad en el hemisferio norte ocurre durante el invierno?
En este artículo le presentamos más historias ligadas a la tradición de la fiesta más hermosa del año.
El Nacimiento
Los nacimientos, también conocidos como belenes, son representaciones del portal donde nació Jesús. Los nacimientos se le atribuyen a Francisco de Asís, fundador de la orden franciscana. Cuando Francisco de Asís era apóstol, recorría la campiña cercana a la pequeña población de Rieti en el invierno de 1223. En su largo peregrinar, la navidad lo sorprendió en la ermita de Greccio, en Italia y ahí fue donde tuvo la idea de reproducir en vivo el misterio del nacimiento de Jesús.
Construyó una casita de paja con forma de portal, puso un pesebre en su interior, colocó un buey y un asno que los vecinos le prestaron e invitó a un pequeño grupo de personas para que representaran a los personajes que habían estado presentes en el nacimiento de Cristo. A partir de ese momento, esta idea se popularizó entre los cristianos. De los seres vivos se pasó ala utilización de figuras. Se cree que el primer nacimiento formado con figuras de barro se construyó en Nápoles, Italia a fines del siglo XV.
loa españoles trajeron esta costumbre América. En nuestro país, casi no existe hogar que no instale un nacimiento. En Ayacucho se confeccionan retablos de envidiable factura, famosos en todo el planeta.
El Arbolito
En el alfabeto de los Celtas, que relaciona cada letra con un árbol y un período del año, el abeto. Ailm, se corresponde al solsticio de invierno. No es por casualidad que en ocasión de las festividades del solsticio pagano, cristianizadas luego en Navidad, era habitual tener en casa un abeto cortado, adornado con huevos, guirnaldas y dulces.
Ya en el antiguo Egipto, el abeto era considerado la planta de la Navidad, porque bajo un abeto había nacido Biblos, el Dios del Sol. En Grecia, se consagraba el abeto blanco a Artemisa, diosa de la Luna. En le tradición nórdica, el abeto es el sostén del mundo y la escalera al cielo que usan los chamanes para hablar con los dioses. Los estudiosos sostienen que los globos y guirnaldas que colgamos del árbol navideño simbolizan los planetas del universo.
Papá Noel
La figura de Papá Noel (Noel en francés quiere decir navidad) es una curiosa mezcla, en clave moderna, entre un arcaico señor de los bosques y el generoso San Nicolás de Bari. Este último “inventó” la costumbre de hacer regalos en estas fechas, pues tiró unas barras de oro en el camino de tres muchachas pobres que deseaban casarse, aunque no tenían dote.
El antepasado de Papa Noel era algo así como un simpático duende vestido de verde, quizá era la personalización del espíritu del muérdago, que los antiguos celtas usaban para celebrar el solsticio. El color rojo de su vestido lo heredó siglos después, durante la colonización de América, a semejanza de la capa del mencionado Nicolás de Bari. Los renos o ciervos que lo acompañan están conectados con el sol, pues recuerdan las leyendas de los pieles rojas, donde el astro aparece y desaparece del cielo, colgándose de los cuernos del animal. En resumen, Papa Noel es un amplio conjunto de tradiciones de todo el mundo.
