domingo, 10 de marzo de 2013

Hábitos de higiene


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Cuando la gente habla de hábitos de higiene, a veces parece necesario un montón de cosas que nos resultan exageradas. Sin embargo, mantener unos correctos hábitos de higiene nos permite estar alejados de enfermedades, evitar malos olores y tener una mejor convivencia.

Es un gesto simple de higiene, que solo insume un par de minutos, y que puede evitarnos infecciones como, por ejemplo, resfriados. Cuando las manos sucias se llevan a la boca, pueden causar enfermedades, así como también cuando una persona toca alimentos con las manos sucias.

Debemos lavar nuestras manos y muñecas con agua limpia y jabón, y lavar las uñas con un cepillo si están sucias. Debemos secarlas luego con toallas o servilletas limpias.

Es recomendable lavarse las manos después de ir al baño, antes de comer, después de tocar un animal, o si estamos cerca de alguien enfermo.
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Cepillarse los dientes y usar hilo dental son las claves de una buena higiene bucal. El mal aliento puede deberse a enfermedades de las encías, los dientes y la boca, generalmente infecciones, al despertarse por la mañana ya que no secretamos la misma cantidad de saliva al dormir, o por la alimentación.

Debemos cepillarnos los dientes por dos minutos, con un cepillo adecuado —incluso, si nos gusta, podemos conseguir uno eléctrico—. No debemos olvidarnos de cepillar nuestra lengua, si esto nos da náuseas, hay pequeños trucos para evitarlas: exhalar por la boca durante el cepillado o cepillar perpendicular a la lengua.

El hilo dental utilizado al menos una vez al día evita la enfermedad en las encías, puede ser antes o después del cepillado.

Si aún con un buen hábito el mal aliento persiste, debemos consultar con un dentista.

Ducharse es uno de las hábitos de higiene más importantes, aunque debemos tener en cuenta si es necesario hacerlo todos los días: lavar nuestra piel la despoja de los aceites necesarios, por lo que el cuerpo los produce en mayor cantidad para compensar la pérdida.

Si queremos limpiar en profundidad nuestra piel del rostro, podemos utilizar miel pura, un potente bactericida, humectante y exfoliante natural.

Debemos lavar bien nuestros pies, con jabón (parece increíble, pero mucha gente no lo hace) y secarlos bien luego de la ducha para evitar los hongos.

La zona íntima de la mujer está perfectamente creada para limpiarse sola, por lo cual las duchas vaginales no están recomendadas. Es mejor utilizar un jabón suave y sin perfume, papel higiénico, ropa interior de algodón y no muy ajustada.

Sin embargo, durante la menstruación debemos tener unos hábitos de higiene específicos: debemos cambiar los tampones o compresas regularmente, cuatro horas máximo, y lavar nuestras manos luego. Además, luego de tener relaciones sexuales es recomendable orinar para evitar la cistitis.

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Los hombres no circuncidados corren el peligro de formar esmegma, una secreción debajo del prepucio. Para evitar esto, debemos tirar suavemente del prepucio y lavarlo con agua cuando nos estemos duchando.

Para evitar rozaduras en la zona genital, tenemos que secar bien la zona y, si queremos, poner un poco de talco o una crema específica en caso que ya las tengamos.

Para mantener una buena higiene también es necesario tener cuidado con otros elementos. Por ejemplo, tenemos que cambiar nuestras sábanas una vez a la semana para ayudar a reducir los malos olores y los problemas de acné.

Mantener unos correctos nos permite cuidar de nuestra salud más de lo que pensamos. ¿Qué otros hábitos de higiene tienes?

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